Escrito por Prensa Diócesis SC
Jueves, 31 de Marzo de 2011
En los 450 Años de fundación de la ciudad de San Cristóbal, el Obispo Diocesano monseñor Mario Moronta celebró la eucaristía en acción de gracias en la Catedral de la capital del estado Táchira. Acompañaron en esta celebración sacerdotes del clero, fieles en general, y las autoridad des municipales y regionales.
Destacó el Obispo en su homilía la presencia de la Iglesia en la historia de la ciudad. "Para nosotros, desde la experiencia del evangelio de Jesús, han sido cuatro siglos y medio de presencia evangelizadora de la Iglesia. Esta no ha estado ausente en ningún momento. Como parte de su misión evangelizadora, la Iglesia ha desarrollado todo un apostolado de caridad, de formación y pedagogía y, a la vez, ha permitido el mestizaje intercultural, sin que ello supusiera la pérdida de la propia identidad"
--La Iglesia también se hace presente en la conmemoración de los 450 años de la ciudad. Lo hace con lo que le es propio: con la liturgia eucarística y con el mensaje desde la Palabra de Dios. La Eucaristía nos transporta hacia el Dios de la vida y de la historia, para darle gracias por lo que somos y por lo que hemos heredado de nuestros antepasados. El mensaje desde la Palabra de Dios nos permite enriquecernos para así continuar leyendo los signos de los tiempos, de antes y los de ahora y, esperamos, los del futuro.
El Obispo Moronta durante su reflexión presentó dos retos para la ciudad de San Cristóbal desde la lectura de la Palabra de Dios. Dijo, "considero que hay dos grandes retos que se nos presentan de cara al futuro: uno de ellos es seguir edificando la ciudad con los criterios de Dios, para nosotros inspirados desde el Evangelio, mensaje de liberación. El segundo es el de vigilar en el nombre de Dios que se mantengan vivos y contagiantes los valores propios de la ética personalizadora".
--San Cristóbal, desde estos dos retos que hemos de asumir, entonces tiene que seguir siendo edificada como una ciudad auténtica, donde el desarrollo integral sea su primera consecuencia. Un desarrollo que permite el crecimiento en equidad de todos los ciudadanos y no el mero crecimiento económico de unos pocos; un desarrollo que apunte a mostrar que los sancristobalenses, nacidos o no en esta hermosa tierra de gracia, somos gentes de virtudes que damos testimonio de solidaridad, convivencia y concordia.
De igual manera el Obispo de San Cristóbal exhortó a ser una ciudad "de encuentro para la integración, para la interculturalidad y para la paz". Teniendo en cuenta la herencia recibida "la cordialidad, la laboriosidad, la religiosidad, el sentido de familia". Y realizó un llamado a tener cuidado con lo que podría dañar, "el narcotráfico que sigue haciéndose presente con su secuela de muerte, cuidado con la trata de niños, cuidado con la desvalorización de la mujer, cuidado con falsos conceptos de modernidad que están destruyendo la condición moral de nuestros jóvenes"
Aprovechó la oportunidad también el Obispo para anunciar la apertura de la Fase Diocesana del Siervo de Dios Tomás Antonio Sanmiguel, I Obispo de San Cristóbal. Regalo de Dios para esta ciudad y para el Táchira, el inicio de este proceso que llevara a mostrar la veracidad de las virtudes y vida de santidad del primer Pastor de esta Iglesia Diocesana.
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