Viernes 25/03/2011
El jueves próximo San Cristóbal cumple 450 años de su fundación por el capitán Juan Maldonado, comisionado por el Cabildo de Pamplona para establecer una escala o lugar de descanso en el camino hacia Mérida. Su crecimiento fue lento y difícil, pero a la larga se vio favorecido por su privilegiada y única ubicación estratégica, una verdadera ventaja geográfica que nos vincula a los llanos, al Zulia y a Colombia y resto de Suramérica. Aquí se registraron muchos sucesos de importancia histórica: en 1781, la población se plegó al Movimiento Comunero. En 1810, junto a La Grita y San Antonio, se adhirió a la Junta de Gobierno de Mérida. En el año 1813, pasó Bolívar por primera vez en la Campaña Admirable. Siete años después, también estuvo en la ciudad mientras aprestaba y armaba su estrategia para la batalla decisiva de Carabobo.
Ya independientes, nos tocó en suerte no ser espacio para las numerosas y sangrientas guerras civiles y ni siquiera nos alcanzó la Guerra Federal. Más bien, durante esos años, la laboriosidad y el empeño de los tachirenses y de muchos extranjeros colombianos y europeos, nos convirtió, junto con Cúcuta y Maracaibo, en uno de los ejes del pujante circuito de producción y comercialización del café, proceso que impulsó sobremanera el crecimiento demográfico y urbano, así como del comercio, la artesanía y el ejercicio de las profesiones liberales. Ya entrado el siglo XX, en 1907, un grupo de hombres notables creó el Salón de Lectura, punto focal y de gestación e irradiación de la creación cultural y de las más importantes iniciativas cívicas. En 1916 inició sus labores el siempre afamado liceo "Simón Bolívar", donde se formaron miles de jóvenes, entre ellos centenares de tachirenses ilustres y prestigiosos por más de un motivo. La carretera Trasandina, puesta en servicio en 1925, facilitó el difícil acceso hacia el centro del país. Décadas más tarde, la Panamericana y la vía de los llanos terminaron de vencer las distancias y la abrupta geografía. Desde mediados de los años 60, hasta ahora, el desarrollo de la educación universitaria pública y privada ha sido de verdad espectacular. Hace ya años, nuestros muchachos no tienen que marchar a Mérida o a Caracas para hacerse profesionales y técnicos. Del avance periodístico y comunicacional, dan fe los periódicos que circulan a diario, las numerosas estaciones de radio y televisión y los medios que nos llegan por cable o satélite.
Semejante desarrollo, en todos los órdenes, del cual sólo hemos hecho el sintético y esquemático recorrido que nos permite el espacio disponible, nos ha traído, como es inevitable, nuevos problemas y conflictos que antes ni siquiera soñábamos encarar. Crisis e insuficiencias por aquí y por allá en las vías de comunicación, el transporte, la salud, la energía eléctrica, el aseo de los lugares públicos, las seguridad de los ciudadanos, en fin, todo lo que sufren las ciudades que crecen vertiginosamente sin una planificación adecuada. Pero nada de eso debe ser motivo para el pesimismo y la esperanza. Por el contrario, hay que tener fe y confianza en que venciendo todos los obstáculos que se presenten, tenemos un futuro promisorio. Nuestra gente, sin duda nuestro gran activo, el mejor capital de que disponemos, es la más segura garantía de que saldremos adelante. ¡Brindamos por San Cristóbal en su nuevo aniversario!
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