Escrito por Luis Hernández Contreras Sábado, 19 de Marzo de 2011
El “más ilustre de los pintores del Táchira” como fuera llamado por el historiador Aurelio Ferrero Tamayo, nació en Independencia, Capacho, el 7 de marzo de 1911, fruto del matrimonio del músico Dionisio Osorio y Carmen Velasco, vinculada ella a una familia de raigambre de esa zona con méritos militares, políticos y educativos.
Heredó de su tío Miguel, la facilidad por el dibujo. Su padre, el coronel Dionisio Osorio, se desempeñó como vicepresidente de esa municipalidad y en 1915 fue jefe Civil de Palmira, por lo que Manuel estudió en el Colegio Salesiano de Táriba.
En 1927 formó parte del Club Deportivo Andrés Bello de San Cristóbal partiendo pronto a Caracas para ingresar a la Academia de Bellas Artes. Una referencia cierta de diciembre de 1929 lo presenta como estudiante de esa escuela, destacándose por sus altas notas y su obra “El Torbes”, mereciendo la más alta calificación. En enero de 1931, Diario Católico lo felicitaba por sus logros en tan exigente instituto.
En julio de 1932 residía en San Cristóbal, realizando las ilustraciones de la revista Mástil, dirigida por Pedro Romero Garrido. Al año siguiente se desempeñaba como profesor de pintura de la Escuela Antonia Esteller, dirigida por Regina de Velásquez, publicando en la prensa sus primeros poemas. En junio de 1934 participó en una exposición colectiva en el Salón de Lectura, y resulta triunfador. En la inauguración del segundo edificio de esta casa de cultura, en la calle 9, realizó su primera muestra individual el 4 de abril de 1938, destacándose su obra La Niña Enferma.
Deseó complementar sus estudios en Caracas, pero la suerte no le fue favorable, permaneciendo en esa capital sólo un mes. En julio de ese año iniciaría en el Salón de Lectura su primera escuela de artes plásticas. Participó como vicepresidente de la Junta Pro Arte fundada por Luis Felipe Ramón y Rivera en 1939, incorporándose como ejecutante de guitarra de su orquesta. Durante su estancia caraqueña, Osorio Velasco estudió con el maestro Vicente Emilio Sojo y fue uno de los fundadores del Orfeón Lamas.
Su presencia fue infaltable en los momentos culturales del Táchira. Participó en una colectiva realizada en el Ateneo de Caracas en 1940, reseñada en el diario El Centinela. Por estos días dictaba clases en la Escuela de Artes promovida por el Ministerio de Fomento en San Cristóbal. El 14 de agosto de 1941 expuso en el naciente Centro Cultural Táchira de Caracas, y sus cuadros volvieron a exponerse en la inauguración del Salón de Lectura de Rubio en 1944, a la vez que era propietario de la Librería San Cristóbal. Con motivo de una exposición de 1942, Rafael Armando Rojas lo llamó “el Gorki de la pintura” por sus temas populares y sencillos, dedicándole una importante crítica. Dejó unos dibujos en la prensa regional en 1939 y era considerado como “un muchacho tachirense, artista por nacimiento y poeta con inclinación”.
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