Cuando era una sabana inclinada, hace largos años, conocimos el Parque Sucre con el nombre de Plazuela de San Sebastián. Los recuerdos que de ella tenemos se remontan a la época en que colocaban allí un enorme Nacimiento, por los días navideños, y la vez en que un extranjero intentó elevarse en un globo que infló con humo de kerosén, pero no logró elevarse. Después arreglaron la plaza con avenidas asimétricas de cemento y con lindos jardines. Alrededor de esta plaza se realizaba la mayor parte de los juegos de carnaval de antaño y en uno de sus costados tenia la casa don Eustoquio Gómez.
En la esquina suroeste estaba la tiendita de don Juancho Galavís, el viejo y querido músico recientemente desaparecido. La tiendita se llamaba "Aquí es ... " y era el sitio de tertulia de poetas y artistas. Allí se reunían para oírle las más bellas piezas en su prodigioso bandolín y para saborear sus típicas y picantes mistelas. En la esquina del noreste tuvo una bodeguita Enrique Martínez, un buen hombre, amable y generoso, que nos daba fiado hasta un real a los estudiantes del Liceo Simón Bolívar, que estaba allí cerca; entre estos recordamos a nuestros compañeros Rafael Álvarez Contreras, Joaquín R. Castro, Juan Colmenares, Antonio María Noguera, todos médicos hoy; a Carlos Julio Díaz, J. Segundo Urbina, Castor Urbina, Martin Soto, los hermanos Fossi Villasmil, los dos Migueles Martínez, Vicentico Rodríguez, Bernardo González y otros muchos más.
Alrededor del año 1924 se empezó la construcción del Palacio Municipal al este del Parque Sucre, edificio que luego se bautizó con el nombre de Palacio de Gobierno. En su construcción se utilizaron muchos presos y arrestados, y vino a terminarse en el año 1930. Allí están instaladas las oficinas del Gobierno Regional y en la parte alta se reúne cada año la Asamblea Legislativa del Estado. EI Parque Sucre ha sido siempre un jardín propicio para los enamorados, por la complicidad amable de la sombra y la discreción del alumbrado.
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