“Pedro Chapuza”, oriundo de Capacho, falleció en San Cristóbal el 21 de enero de 1975. Tenía 53 años de edad. Fue un personaje famoso de la ciudad quien por años estuvo en el Cementerio Municipal con sus camándulas y su infaltable casco rezándole a los muertos. La famosa fotografía que lo registra fue tomada por J. A. Rodríguez Silvera.
Según el cronista de la ciudad de San Cristóbal, Dr. J. J. Villamizar destacó que este personaje se caracterizaba por saber todos de los muertos, solía pasearse por el cementerio como si fuera su casa, sabía a plenitud quien está sepultado en cada fosa.
Pedro González Castro Maldonado: verdaderamente llamado así nació el 11 de abril de 1914 rezandero de profesión, sepúltelo, no quiso revolucionar la moda con su aspecto regordete, su sombrero de ala recortada, su palto un poco alto, su pantalón tres cuartos y sus zapatos son sus medias.
Su atuendo de soldado en desuso, su gorra abatida o resignada, su casco de minero en la soledad del espacio, sus bolsillos llenos de comida, papeles y un rosario grasoso por la paz casi metálica de su uso, aun cuando al llegar al Cementerio Municipal, sitio preferente de su vocación religiosa, o a algún velorio, lo guindaba del cuello para la salvación de las almas que él alimentaba espiritualmente con sus oraciones a veces truncas, lo identificaban como el desabrido transeúnte de sonrisa apretada bajo unos bigotes achinados y característica de un rostro aindiado, más severo que cordial, como si en verdad fuese un profeta de la resignación y de la sombra tratando de predicar en un mundo vacío de sinceridad y de amistad…
Al comenzar los sepultureros la tarea de cavar la tierra, él empezaba espontáneamente a rezar un rosario, y si los dolientes y amigos no contestaban a tiempo o algunos soslayaban la obligación de rezar por el muerto, él interrumpía su oración para preguntar si no sabían rezar y así obligaba a todos a participar en su misión de enjugar las lágrimas… En los velorios procedía igual, pero alguna vez –cosa que pudo suceder antes o después- él rezaba y casi nadie contestaba, acaso por su presencia e indumentaria de pobre y entrometido y más bien había sonrisas burlonas. El interrumpió el rezo y caminó hacia atrás, para no darle la espalda a la peña orlada de flores y cirios, y cuando estuvo a la entrada de la habitación donde estaba el difunto, excalmó: ¡Carajo! ¿Es que les duele la jeta para rezar?...
En su casco echaba la comida que le era dada o que adquiría en su itinerario de viandante desprevenido. Le gustaban las sardinas con pan y al terminar echaba una Coca Cola o cualquier bebida en el casco, lo cual era un modo de dejarlo limpio o lavarlo sacudiendo el mismo. Gozaba con su personal y peculiar costumbre de simplificar la vida. Y hasta en ocasiones usaba el casco como bacinilla, y si alguien protestaba, respondía que los orines eran suyos… Cuando iba por la calle solía jugar con una coca o perinola… se lucía con la muchachada repitiendo hacia atrás y adelante los arrechungues de su coca para demostrar la destreza que algunos admiraban o envidiaban, mientras un tabaco de sabor y olor barato se movía en su boca…
Fuente: Tomado del libro “Estampas de La Villa ” de Rafael María Rosales. Caracas. 1991
Hola, que bueno que existe este tipo de sitios para conocer la historia de su terruño.
ResponderEliminarDe verdad me fascina conocer la historia y sobre todo la historia de mi Táchira del alma de la cual estoy muy orgulloso y sigo desde la distancia acá en el centro del país.
Espero que este sitio se siga alimentando de biografías e historia local.
Muchas gracias
según la fecha de nacimiento y la fecha de muerte no coinciden ... debido que dice que murio a los 53 años .. entonces la fecha de nacimiento es falsa.. tanto porque hay una diferencia de 61 años entre fecha y fecha ...
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