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lunes, 7 de febrero de 2011

Entre Oraciones, pugnacidades y encomiendas

El primer siglo de presencia de los españoles en la Villa de San Crist6bal no fue nada fácil para ellos.
Dominar a los indígenas que luchaban por continuar libres en el territorio donde nacieron significó constantes enfrentamientos, muertes y venganzas. La sangre tiii6 el cruce de dos civilizaciones, la hispana y la aborigen, donde las armas de fuego, el caballo y las ansias de riqueza se impusieron a los arcos y las flechas, a la nobleza de los hombres y mujeres de América.
La llegada de Juan Maldonado al Valle de Santiago, acompañado del grupo de vecinos y soldados, alteró la vida de los indígenas, quienes no entendían lo que sucedía. Eran hombres venidos en caballo, con vestidos diferentes, que algunos nativos confundieron con dioses venidos del cielo.
El lunes 31 de marzo de 1561, luego de dar gracias a Dios por cumplir la tarea encomendada desde el Cabildo de Pammplona, el capitán Maldonado exploró  parte del territorio y decidió  fundar la villa en lo alto de una meseta, aguas arriba del rio Torbes y de la quebrada La Bermeja. La ubicación, por l0 alto, permitía visualizar, a los cuatro costados, cualquier amenaza de los indígenas.
Ordenó el trazado y demarcaci6n de su retícula octogonal para ubicar, al centro, la plaza mayor, y a sus alrededores distribuir los terrenos para la iglesia principal, el cabildo, el fuerte y la cárcel. Zona esta donde hoy día esta la Catedral y la plaza Juan Maldonado. Fijó las primeras calles para repartir los terrenos adyacentes a los vecinos fundadores, no más de doce, venidos de Pamplona, que ocuparon cerca de ocho cuadras.
Condición estratégica de tipo militar fue el fuerte de tapias:  "La primera edificación hispana en San Cristóbal, levantada sobre, dos solares en cuadrado en su plaza mayor, el cual sirvió de defensa - ante los constantes asaltos de los indígenas -. El ataque solo podría ser por el flanco oriental de la colina ya que los otros tres lados poseían una defensa natural conformada por terrenos escarpados", escribió Samir Sánchez en el texto "San Cristóbal UrbS Quadrata".
Maldonado tomo juramenta a dos alcaldes y ocho regidores, un procurador de la ciudad, un mayordomo, un alguacil y un escribano, autoridades que fueron nombradas cada ano. Políticamente se mantuvieron durante el primer siglo de la villa .
Repartimiento y encomienda
Entre los fundadores y primeros colonos fueron repartidos los indígenas y las tierras para la siembra y faenas pecuarias. La encomienda española se apodero de los aborígenes, a quienes se les impuso una religión, una cultura y nuevas formas de ver la vida. A casi todos los sometieron a la fuerza, asesinaron sus familias, los despojaron de sus tierras y los obligaron a realizar trabajos forzosos.
Con eI paso de los años creció la villa. Para finales de 1.600 no eran más de 83 vecinos, todos dedicados a la oración, al cultivo de la tierra y atentos ante las amenazas de los nativos.
Del grupo de vecinos y soldados fundadores que vivieron el primer siglo, muchos de ellos decidieron regresar a Pamplona y olvidarse de San Cristóbal. Estaban cansados de estar sumergidos en la pobreza debido a los constantes terremotos que destruían la villa, la distancia entre las poblaciones de Pamplona y Mérida, y la ausencia de minas con metales preciosos para explotar. . .
Quienes se quedaron lucharon para salir adelante. Tras el derrumbe de las pocas viviendas por los movimientos telúricos, iniciaban el proceso de reconstrucción utilizando materiales de la zona. Paredes armadas con cañas, unidas par bejucos, paja y horcones de madera. Los techos eran de paja, similares a las "Construcciones de los indígenas, pero en su interior el espacio era dividido al estilo español, con áreas separadas. 
Durante los primeros dos años en la villa, los indígenas proporcionaron el alimento a los españoles. "EI principal producto de alimentación era el maíz: el cual los españoles primero lo  consumieron por necesidad y luego por adaptación  y gusto. Antes de la pacificación del valle, los pobladores se veían en la obligación de tomarlo de los cultivos de los indios en las montañas cercanas, además de otros comestibles", narró Samir Sánchez.
En la villa surge una sociedad diferenciada y jerarquizada. " ... Un grupo dominante, los vecinos encomenderos de Pamplona... Los blancos ricos; los soldados extravagantes, quienes no tenían propiedades ni encomiendas en Pamplona... Los blancos pobres; y el grupo dominado  aborigen, formado en un primer momento por los indios naturales de Pamplona y sus alrededores, al cual se suman los indios naturales del Valle de Santiago, quienes pasarían a ser la mano de obra activa en la formación urbana de San Cristóbal..."  explicó Sánchez.
El crecimiento poblacional de San Cristóbal, según cronistas e historiadores, fue lento. Para 1.628 eran cien vecinos, sin contar a las indígenas encomendados o sometidos par los españoles a quienes fueran entregados, junto con sus tierras, a cambia de cuidado y educación, normas que la mayoría de sus amos violó. Estos no superaban los 400, porque muchos prefirieron escapar  a otros lugares antes que ser dominados. .
Describe el cronista de la ciudad, J. J. Villamizar Molina, en "Instantes en el camino", los terremotos, incendios, pobreza y  ataques continuos de hordas de indios rebeldes pudieron ser superados par San Cristóbal. A veces la Villa estuvo a punto de claudicar. No ocurran acontecimientos excepcionales, a no ser el  paso par la Villa, en mayo de 1.629, del Arzobispo de Santo Domingo, Fray Pedro de Oviedo". .
 Los historiadores destacan dos acontecimientos importantes en los primeros cien años de San Cristóbal: primero, la fundación de la ciudad del Espíritu Santo de La Grita, en 1576, por el capitán aragonés Don Francisco de Cáceres; segundo, la llegada, en 1593, de los padres agustinos procedentes del Nuevo Reina de Granada, quienes levantan el Convento San Agustín, a tres cuadras de la iglesia principal, y llegan a cumplir misiones religiosas y a profesar la religión católica.
Los indígenas siguen rebeldes. Luchan por recobrar los espacios perdidos, pero se imponen los hispanos. Un siglo de violencia, muertes y venganza entre ambos bandos: la resistencia " indígena y el poderío de los españoles.

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