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sábado, 26 de febrero de 2011

Leyendas de San Cristóbal: El Fantasma De La Ermita

Lo recuerdo perfectamente como si fuera ayer. Estábamos recién llegados a la ciudad y mis padres alquilaron una casa en las cercanías de la PIaza Páez, desde la ventana se veía diagonalmente la plaza y la iglesia. Mi madre, siguiendo las indicaciones de los vecinos cerraba todas las puertas y ventanas antes de las nueve de la noche. Este hecho me llamó mucho la atención y pregunté
-  ¿Por qué nos recogemos tan temprano?
-Porque todos los vecinos de La Ermita tienen miedo al fantasma repuso mi madre.
- ¿Qué fantasma?
- Uno que sale todas las noches en las cercanías de la iglesia, cruza la plaza y se dirige hacia el Pasaje Cumaná.
- ¿De verdad? - pregunté incrédulo.
-Eso dicen.
-¿Y cómo es?
- No lo sé, lo único que me han dicho es que nadie se atreve a salir después  de las nueve de la noche.

Esa noche y muchas más, me fui a la cama con el pensamiento puesto en el Fantasma. Estaba tan intrigado que deseaba verlo y convencerme de que no era un cuento para amedrentar a los trasnochadores.

Una noche de cuarto creciente en que la luna alumbraba tenuemente la plaza, decidí quedarme hasta tarde y comprobar si eran ciertos los comentarios. Cuando todos se acostaron me levanté muy despacio y me escondí detrás de la ventana. Abrí una rendija y a través de ella, atisbé. Todo estaba silencioso y por la calle no había un alma. En el reloj de la iglesia dieron las nueve... la media..., las diez…, las diez y media ... No ocurría nada ... Di un vistazo a la iglesia y a la Plaza Páez, todo estaba sumido en suave penumbra, pero, podían distinguirse algunos detalles. De pronto vi que algo se movía. Venía de la iglesia, cruzaba en diagonal y pasaba delante de mi casa. Contuve la respiración y los vellos se me erizaron. Sentí miedo, quise gritar y la voz no salía de mi garganta. Con los ojos muy abiertos vi que bajaba una figura alta y estilizada que vestía de negro, la cabeza estaba cubierta por un capuchón; caminaba como si fuera etéreo, se dirigía a la parte baja de la ciudad.
El fantasma se perdió en la noche y yo me fui a la cama. Tuve muchas pesadillas y grité... Cuando a la mañana siguiente le conté lo ocurrido a mi familia no me creyeron...
Años después, supe que el fantasma era un curita travieso que  todas las noches iba a visitar a su amiga.
Robles Lolita, LEYENDAS DEL TÁCHIRA. Pág. 15/16

7 comentarios:

  1. jajajjajajajajjajaja que comico ami me ha pasado mas de una vez, por que en realidad fueron tres veces,
    1.- era que un viejito al lado de mi casa siempre salia en la noche por a ellos no los dejavan salir y pense que era un espato jeje e.e
    2.- con mi mama que se paro a la madrugada y estaba sin maquillase que estaba tan FEA que grite haaaaaa
    3.- algo se movia en la casa de mi tio vigilio y al fin y al cabo era unos gatitos, de echo eran tres y me los regalaron toditos 1 se llama paul. otro carlos y la gatita minina :D espero que les guste

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  2. LA EXTRAÑA CASA DE LA ERMITA
    En la parte baja de la Ciudad de San Cristóbal, en la Carrera 1 entre Calle 15 y 14, existe una casa muy extraña. Dicen que desde hace mucho tiempo asustan a todo el que pasa por allí en la noche. Sus antiguos dueños se la vendieron a una señora porque allí no tenían tranquilidad: murmullos, pasos, llanto de bebés, gritos, bellas mujeres caminando por la casa… La nueva dueña sabía todo lo que ocurría en la hermosa y extraña casa y se dispuso para afrontar las diversas situaciones. Antes de mudarse mando a bendecirla y remodelar parte por parte. Dicen que al levantar la tierra del jardín para sembrar grama y nuevas plantas, encontraron muchos fetos metidos en bolsas. Llamaron a un sacerdote, que los bautizó y llevó al cementerio. Otra gente arregló el jardín y aparentemente todo estaba normal. Una tarde al oscurecer la dueña de la casa con una amiga fueron a revisar los trabajos y vieron a varios bebés jugando en la grama, al acercarse a ellos, se esfumaron…, ante el asombro de las señoras. Otro día oyeron el llanto de una mujer y más tarde la vieron desesperada caminando por la casa, los vellos se les erizaron y sintieron escalofríos, comentaron una vez pasado el susto: _ Esto no está bien…Siguen pasando cosas extrañas. Acompañadas del maestro de obras, revisaron toda la casa y golpearon con un palo los pisos en toda la casa. En una parte del patio detrás de la casa, en el el centro del solar de tierra, que estaba encementado, sonaba a hueco. Revisaron por todas partes y encontraron una entrada disimulada con grandes losetas, las levantaron y vieron un túnel que daba al sótano. Dieron órdenes a los obreros para que sacaran todo lo que encontraran y poco después depositaban en el patio muchas bolsas, al abrirlas tenían huesos humanos. Espantados los obreros salieron corriendo para no volver más… Dieron cuenta a las autoridades para que investigaran el caso, Identificaron que los huesos correspondían a mujeres jóvenes. Más tarde procedieron a enterrarlos en fosa común en el cementerio municipal. Dicen que allí en esa casa, un supuesto médico sin escrúpulos clandestinamente practicaba abortos. Y muchas mujeres se morían, pero como su familia nada sabía las daban por desaparecidas, ya que en esa época salir embarazada sin estar casada era una ofensa muy grande para la familia y abortar un delito muy grabe. Al médico le ayudaba su hermano Ernesto, un hombre que no sentía temor por nada, era el encargado de hacer desaparecer los fetos y las mujeres, de eso hace mucho tiempo, quedo todo en el olvido… Cuentan que la dueña desesperada dejó abandonada la casa y con el tiempo otra familia la habitó, pero más nunca nadie tuvo paz para vivir en esa casa. Años después un Señor llamado Juan Hernández la compro a un precio regalado y la alquilo para una Escuela y luego a una organización política Acción Democrática en donde funciona como Casa de Partido pero más nunca para vivir. Aparentemente durante el día no sucede nada, pero al llegar la noche se oyen pasos, puertas que se abren y cierran y el susurro de hombres, dicen que son los dos hermanos que vagan por la casa penando por su maldad y por haber dejado enterrado un tesoro.

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  3. Disculpe no leí ninguna leyenda pero creo que debería poner la leyenda de Barrio Sucre...😅😉

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  4. el final me dejo impresionado

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  5. Yo bibo en la ermita y mi abuela 88 años y nunca me a contado eso

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