J. J. Villamizar Molina
Nada se sabe de las epidemias ocurridas en San Cristóbal durante el siglo XIX, a no ser por las noticias entresacadas del copioso Archivo del Concejo Municipal. El doctor Ricardo Archila, que ha estudiado las epidemias en el país, no hace referencias a ellas, probablemente por la distancia y dificultad de trasporte entre Caracas y el Táchira.
Las epidemias en Venezuela provienen de tres grupos étnicos: el indígena autóctono, que aportó la sífilis, la buba, el carate, la leishmaniasis y otras. El europeo desde comienzos del siglo XVI, y el de Africa desde 1528. Las epidemias traídas por los europeos fueron la tuberculosis, la peste, la lepra, la fiebre tifoidea, la tos ferina, la difteria, el sarampión, la varicela y la rabia canina. Probablemente también la viruela. Los africanos introdujeron la fiebre amarilla, la bilharziasis, la anquilostomiasis, la oncocersiasis, la filariasis y probablemente la malaria.
En San Cristóbal no tenemos noticias antes de 1820, pues sólo desde ese año existe el archivo municipal. Pero estamos seguros que fuera de las epidemias clásicas existieron enfermedades endemoepidémicas favorecidas por la pésima higiene ambiental imperante, por la multitud de quebradas que atravesaban la ciudad, por la nula disposición de excretas, por la falta de cultura general, por la ausencia de médicos, y por la ignorancia sobre los agentes causales de las enfermedades y medios de tratamiento específico que aún no se conocían en el mundo. Si tomamos en consideración todas estas circunstancias, veremos que la situación era verdaderamente dramática. La primera Junta de Sanidad se creó en la ciudad el 28 de febrero de 1832, lo que implicó ya un preludio de conciencia sanitaria. No había agua potable. El agua era extraída de las diversas quebradas contaminadas que discurrían por las calles, siendo factores de transporte de gérmenes, de excretas humanas y demás basuras. Sólo hasta 1850 José Gregorio Villafañe creó una pila de mármol y cantería en la Plaza Pública, lo que se interpreta como el inicio de una campaña de salubridad. Las calles estaban llenas de barriales y de toda clase de inmundicias, y sólo en 1830 se estableció una Ordenanza sobre construcción de andenes, futuros empedrados y enmadrinamiento de las acequias.
Por los papeles consultados sabemos que sólo hasta el 10 de diciembre de 1851 se nombró Médico de Ciudad y se asignó el cargo al Dr. Elías Estrada como primer Médico de Ciudad en nuestra historia.
De todos modos, para citar datos concretos, según nuestras investigaciones en el Archivo Municipal, citaremos algunas epidemias registradas en San Cristóbal durante el siglo XIX. De 1854 a 1857 se presentó una terrible epidemia de cólera morbo que alarmó al pueblo, a las autoridades y al médico. En 1855 apareció una fatal epidemia de viruela. Estas epidemias ensombrecieron la creación de la Provincia del Táchira. En 1867 azotaron la fiebre amarilla y la pústula maligna. En 1884 volvió con gran auge la fiebre amarilla. En 1900 ocurrió al igual que en Caracas una terrible epidemia de viruela que ocasionó una gran mortandad. Y añadiremos que en 1908 se presentó una epidemia de peste bubónica que se manifestó principalmente en Táriba y Santa Ana.
Diario La Nación Edición Digital 02/02/2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario