Frente al Hospital Vargas hay una bonita alameda con grama y bien cuidados jardines que sirven de adorno al edificio y de paseo a los enamorados. La manzana que ocupa el Hospital Vargas es la que constituía la antigua Plaza de San Pedro, especie de potrero público y de abastecimiento gratuito de escobas para los pobres, ya que la escobilla que allí crecía con abundancia era muy apreciada por las amas de casa. Por la calle que esta al sur del hospital corría una toma de agua que surtía al vecindario y alcanzaba hasta La Ermita y el Matadero Viejo. En la esquina había un gran chorro que se llamaba “El Chorro de San Pedro", a donde fuimos en busca de agua muchas veces en nuestra niñez.
Otra linda alameda y la más linda de todas, es la del Cementerio, cuya arboleda fresca y umbrosa da una sensación de paz y de sosiego a aquel sagrado recinto. El Cementerio de San Cristóbal está a la entrada de la ciudad, pero quien pasa por allí no ve la silueta triste de los mausoleos ni los sauces llorones, sino solamente un bello y cuidado jardín, con amplias avenidas asfaltadas, árboles frutales, palmeras y enredaderas, todo lo cual revela al visitante el cariño y veneración con que los hijos de San Cristóbal guardan los restos de sus deudos y antepasados.
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