Calvero y los sueños - Temístocles Salazar
Muchas ciudades en la historia han sido incendiadas, producto de luchas civiles en su seno. Roma es el ejemplo más conocido, cuando Nerón ordenó incendiarla para culpabilizar, castigar y acosar a los cristianos. San Cristóbal también fue incendiada, ocurrió en 1651, hace 360 años, en medio de la confrontación entre conquistadores encomenderos y la nación de indios Chinatos que hizo resistencia heroica a la violencia española durante casi cien años. Con relación a este incendio hay tres versiones: una, que fueron los indios, en sus constantes ataques contra encomenderos, los que la incendiaron; otra, que fueron los españoles que celebraban haber capturado a muchos Chinatos y en el jolgorio, por casualidad, se propagó el incendio que casi destruye a la ciudad; y una tercera versión sostiene que fueron los españoles, de forma intencional, que la incendiaron como estrategia para cercar y vencer a los Chinatos, luego que entraron a la Villa en incursión guerrera ese año. Me sumo a esta última interpretación, porque los españoles buscaron siempre una manera de escarmentar a esta nación indígena y el fuego era instrumento cruel y efectivo de lograrlo, buscaron quitarse de encima esta pesadilla de los Chinatos para que no volvieran más a la Villa. San Cristóbal era una ciudad pequeña, una villeta, con pocas casas, habida cuenta que cuatro años antes, en 1647, se produjo un terremoto que asoló la Villa. Quemar diez casas era mucho el daño en ese entonces, pero quemar veinte, como efecto ocurrió, constituyó una verdadera tragedia. Nos atenemos a la carta de obligación relativa a la dote de María Jaime de Pastrana, hija del encomendero Isidro Jaime, donde sirvieron de testigos el Escribano público Juan Doncel Yáñez, el capitán Baltasar Orozco Carrillo y María Jaime Bazán, el 16 de noviembre de 1682. Ese documento describe el incendio de esta manera: “el pasado año de mil seiscientos cincuenta y uno, en la dicha Villa (de San Cristóbal), y por haber sucedido un incendio muy grande el día que sacaron reducidos la nación de indios Chinatos por el Gobernador Antón de los Ríos Jimeno, en que se quemaron veinte casas más o menos, siendo la primera la del Capitán Rodrigo Sánchez de Parada, Alcalde Provincial (…) en cuya casa estaba el Registro y otros muchos papeles del Oficio Público de dicha Villa (…) sin que pudiese sacar cosa ninguna por el grande incendio y alboroto que causó y mayormente con la entrada de dichos indios”.
Aquella “nación de indios Chinatos”, primeros pobladores de estas tierras 'tachireras', han sido olvidados por una Historia oficial 'lugarista' que los desprecia y, en cambio, exalta la figura perversa de Juan Maldonado y los demás conquistadores españoles. No hay calle, barrio, plaza, ni un mínimo rincón siquiera, que lleve el nombre de los Chinatos, es una deuda histórica y moral del Concejo Municipal de San Cristóbal, que ojalá pueda pagarla en ocasión de los 450 años de la fundación de la Villa. El fuego de 1651 no pudo ni podrá borrar las huellas de los Chinatos heroicos.
Diario La Nación Edición Digital 26/02/2011
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