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domingo, 27 de febrero de 2011

37 años cumple hoy 27 de Febrero de 2011 la Unet

Escrito por Jesús Sánchez Rivera – Diario Católico - Domingo, 27 de Febrero de 2011
Fue necesario un paro cívico a comienzo de los setenta para que las autoridades regionales entendieran la necesidad de expandir los horizontes académicos tachirenses y comprendieran a su vez que San Cristóbal comenzaba a mostrarse como una ciudad cosmopolita que estaba lista para la creación de universidades importantes.
Casualmente ese paro cívico que exigía una universidad para su pueblo coincidió con la administración de Jorge Rad, gobernador del Táchira entre 1969 y 1974, y quien se convertiría a la postre en el segundo rector de la Universidad Nacional Experimental del Táchira Unet.
Exactamente un día como hoy,  27  de febrero de 1974, a través  del decreto 1630 de la presidencia de la  República, se da “vida institucional” a la Unet, siendo el Jefe de Estado para ese entonces Rafael Caldera; y Enrique Pérez Olivares, Ministro de Educación.
No fue sino hasta un año y cuatro meses después, el 23 de junio de 1975, cuando la Unet  inició sus actividades  docentes sobre un proyecto que contemplaba inicialmente carreras en Ciencias del Agro e Ingenierías de la Industria. En Ciencias del Agro se inició con Ingeniería Agronómica y Zootecnia (actualmente llamada Ingeniería de Producción Animal) y en Ingenierías de la Industria con Ingeniería Industrial a la que después se agregó Ingeniería Mecánica.
En 1983 se crea la carrera de Arquitectura. En 1986, gracias a un convenio entre la Universidad del Zulia y la UNET, se inician las actividades de postgrado. En 1991 emprende actividades el programa de Ingeniería Electrónica, en 1997 Ingeniería en Informática e Ingeniería Ambiental en 2004.
Ya para el año 2006 la expansión de la Unet marca un paso agigantado al abrir la primera carrera humanística, Licenciatura en Música, seguida de seis proyectos de apertura de carreras técnicas cortas en convenio con varias universidades del país.
A pesar de que la Unet tiene su sede principal en San  Cristóbal en terrenos de la  Hacienda Paramillo, otrora ícono de esta ciudad para la segunda mitad del siglo pasado, la casa de estudios superiores ya ha propagado parte de su oferta académica por todo el Táchira; sin embargo, es bueno hacer historia y recordar que los depósitos de la aduana de San Antonio del Táchira acogieron por primera vez a la Universidad Nacional Experimental del Táchira.
Es bueno aprovechar en la celebración de estos 37 años para recordar que durante este recorrido la casa de estudios superiores de Paramillo ha contado con siete rectores que han regido los  destinos de esta universidad: el fundador Lorenzo  Monroy quien fue sucedido por  Jorge Rad, Joaquín Rodríguez, Marcial  Huggins, Humberto Acosta, Trino Gutiérrez y el actual rector José Vicente Sánchez Frank.
Hoy en día, la UNET cuenta con una población que supera los 10 mil estudiantes, distribuidos en unas 19 carreras, teniéndose a su vez la cuenta  de 11.282 egresados para apuntalar el desarrollo  del Táchira y Venezuela. 
En su afán por mejorar las actividades desarrolladas en las áreas de docencia, investigación y extensión, la Universidad del Táchira cuenta con las unidades académicas: La Morusca (La Fría), La Tuquerena (Rubio), La Primavera (Cordero), La Orquídea (Ureña), La  estación piscícola (Abejales), La Pradera (La Grita) y la citada Santa Rosa.

A pasos agigantados creció la educación

Hacia los 450 años de la Ciudad | La Biblia fue el primer texto que conocieron los habitantes de San Cristóbal
A pasos agigantados creció la educación
( Laura Sobral – Diario La Nación Edición Digital 27-02-2011 )
Siete horas de encierro "a pan y agua", en una habitación de la misma escuela, y la exposición al escarnio público bajo la medida de expulsión frente a sus compañeros, eran los castigos más comunes que se aplicaban a los niños y niñas cuando se comportaban mal en la escuela. Tan solo reírse, conversar o pasar un "recado", constituían faltas muy graves como para merecer estas sanciones en los planteles de la San Cristóbal de ayer.
La evolución, durante 450 años, en materia educativa, ha sido a pasos agigantados, aunque en sus dos primeros siglos de fundada no era muy común el incentivo a la cultura entre los ciudadanos, y las escuelas eran apenas intentos de transmitir breves normas de urbanidad, vida en sociedad, letras y números, así como religión.
Alrededor de 1.600, ninguno de los adelantos científicos o literarios de Europa llegaba a San Cristóbal. El texto más cercano a los ciudadanos era la Biblia, traída por los sacerdotes agustinos años después de la fundación de la Villa. Las Sagradas Escrituras podían ser conocidas por partes y sin derecho a cuestionar su contenido o a pensar distinto a lo que en el Libro Sagrado se decía; la expulsión por herejía (ofensa a la Iglesia) era común, con una nota de que el estudiante jamás podía ingresar a escuela alguna por no estar apto.
En 1.593 se fundó el Convento de San Agustín en La Villa, considerado por los historiadores como la primera escuela de la ciudad, un precario espacio donde se daba la enseñanza rudimentaria del catecismo, algunos pasajes de la Biblia y nociones de gramática. Para esos primeros días de la Villa, con apenas unos cuantos pobladores, no llegaron libros ni recursos para construir una verdadera escuela y los intentos de hacerlo morían en las numerosas trabas que ponía la corona española, los estudiantes eran sancionados por horas en espacios confinados y con castigos físicos por sus faltas.
Es así como registra J.J. Villamizar Molina en su libro "Instantes del Camino", que los primeros maestros de la Villa de Juan Maldonado fueron los reverendos Padres Agustinos y la primera escuela de San Cristóbal fue exactamente el mismo Convento de Los Agustinos, que se levantaba en el lugar donde hoy día la avenida Francisco Javier García de Hevia es cortada por la calle 4.
El convento era una sencilla casa con paredes de tapia, "tierra pisada” y techo de teja. Al lado del convento estaba la iglesia, que servía de escuela, donde tenían acceso tanto los españoles como los nativos.
Pasaron más de cien años sin que el ámbito educativo primario diera pasos importantes en San Cristóbal, que pasó de una población indígena sumida en la ignorancia, a una comuna colonizada, pero las condiciones de pobreza en que vivían los pocos residentes de la recién fundada villa impedían que los conocimientos fueran su prioridad, de tal manera que los niños se dedicaban a las labores de la tierra desde tempranas edades.
Durante más de 150 años, en medio de estructuras de tierra pisada y bajo la más estricta mirada del “Preceptor”, los pequeños asistían diariamente y sin ningún instrumento básico para aprender lo fundamental en matemáticas, gramática y urbanidad. La pedagogía y los derechos del niño eran asuntos totalmente desconocidos a finales del siglo XVIII, la humillación y el maltrato físico y verbal eran los patrones de corrección ejercidos por los maestros de este tiempo.
Progresivamente se incorporaron elementos para que aquellos niños y niñas sin normas de vida en sociedad, aprendieran cómo saludar, qué hacer al encontrar en la calle a alguien de respeto, cómo ir y entrar a la iglesia, cómo recibir y hacer visitas, qué hacer si estando con una persona de respeto llega otra, y otros asuntos relativos al comportamiento, eran principios fundamentales en la educación de los primeros siglos de la ciudad, otras áreas eran apenas revisadas en las clases, ofrecidas por personas con conocimientos mínimos en manejo de cuentas y letras.
Según cuenta el cronista J.J. Villamizar Molina en sus obras, para 1.840: “San Cristóbal es una población llena de pobreza, con pequeñas excepciones. La pobreza se refleja especialmente en las áreas culturales y pedagógicas, en esta época, solamente de la Nueva Granada llegan hombres prominentes que tratan de elevar el nivel sociocultural de la Villa. De allí ha llegado Don Domingo Guzmán Escandón, y el Preceptor de la Escuela de primeras letras de Niños, que es el señor Zenón Solano. Si en algún área se constata la miseria de San Cristóbal es en lo pedagógico. La Escuela de Niños es miserable. Los niños casi no concurren a ella por la gran pobreza que les asiste y por la desidia de los padres que se muestran renuentes a enviarlos”.
Según los registros de J.J. Villamizar Molina, el mayor número de niños no asistía a la escuela, pues los padres se mostraban renuentes a que "perdieran el tiempo de esa manera", y la mencionada Escuela de Niños, fundada a principios del siglo XVIII, era apenas un sitio de condiciones deplorables adonde acudían unos 33 alumnos, aunque los matriculados eran muchos más, se desconoce cuantos, solo se sabe que no acudían a sus clases.
Ya en 1.840 existía el Colegio de primeras letras para varones y otro para hembras, ambos carentes de libros, en estado decadente y con muy pocos Preceptores, como se les conocía a los educadores de la época, personas muy estrictas dispuestas a las más fuertes sanciones contra los estudiantes por faltas mínimas; la matrícula de asistentes en cada una rondaba los 40 alumnos y los cursos que recibían era de lectura, escritura, aritmética, geografía e historia.
Para 1.846, los alumnos eran sometidos a una estricta evaluación para constatar qué habían aprendido durante su tiempo en la escuela, es así como se elaboraban Actas de Examen, registradas en la Villa de San Cristóbal, como el caso de la prueba efectuada el 15 de diciembre de 1.846, ante el Concejo Municipal de la época, donde nuevamente se sometía a los estudiantes al escarnio público.
A finales de mayo de 1.870 aparece la primera Escuela Normal de Maestros en San Cristóbal, como consecuencia de que el presidente Guzmán Blanco dictara, el 27 de junio de ese año, el decreto de Instrucción Obligatoria en que estipula que “todos los asociados tienen derecho a participar de los beneficios de la instrucción, que la instrucción es necesaria en la República para asegurar el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de los deberes ciudadanos, la instrucción debe ser universal en atención a que es la base de todo conocimiento ulterior y de toda perfección moral y por la Constitución Federal el Poder Público debía establecer gratuitamente la Educación Primaria".
En 1.876 había abierto sus puertas el Colegio Cárdenas, bajo la dirección del doctor Asisclo Bustamante; y para septiembre de 1.887 ya existían los maestros para la enseñanza primaria formados en esta escuela, con conocimientos en aritmética, geografía, historia, letras, urbanidad, y otros temas básicos.
El registro de la primera beca estudiantil se da en esa misma época, ya que las autoridades se encontraban preocupadas por la poca cantidad de alumnos que acudían a la Escuela Normal, es así como se solicita al Concejo Municipal que escoja a dos muchachos pobres y los envíe a la Escuela Normal costeando su sostenimiento con las Rentas Municipales, y los jóvenes deben contraer el compromiso de servir por el término de tres años a la escuela para la que sean designados por la Junta Superior de Instrucción con su respectivo sueldo. El gasto a la municipalidad no pasaba de 200 bolívares.
También para 1.877 existió en San Cristóbal un colegio de varones llamado Colegio Táchira, el cual fue fundado por Teodosio Sánchez, donde se comenzaron a ver los avances en esta área, con casas en mejores condiciones, con salones divididos por las capacidades y los avances de los alumnos, y con más de 10 maestros.
Rápida evolución
Ya para 1.900 existían siete escuelas y seis colegios en San Cristóbal, las primeras públicas financiadas por el estado, y los segundos donde los padres cancelaban una matrícula de bajo costo por la enseñanza.
Las escuelas se encontraban distribuidas así: Tres en el casco central de San Cristóbal, una en Pueblo Nuevo, una en La Concordia, una en La Ermita, una en La Machirí; además de los colegios Sagrado Corazón de Jesús, Escuela de Niñas Nro. 1.136 a cargo de Emelina Osorio; la Escuela de Niños Nro. 135 de las Señoritas Castro; el Colegio Nacional de Niños; la Escuela Anexa Nro. 1.169 y el Colegio Nacional de Niñas.
Durante 1.900 la evolución comenzó a darse de forma más acelerada, grandes estructuras comenzaron a levantarse en las principales calles de la ciudad, edificios de más de 50 aulas, como el liceo Simón Bolívar, el Pedro María Morantes y el Ramón J. Velásquez, llegaron para albergar cantidades de estudiantes que superaban los 300 por institución.

El liceo Simón Bolívar es creado por el gobierno nacional en junio de 1.916, en palabras de José Abel Montilla: “el liceo Simón Bolívar es el sucesor en el campo educacional del viejo Colegio Nacional de Varones, y ha representado alto patrocinio en la enseñanza en el Táchira. Varios núcleos de jóvenes de diversas partes del país, han cursado allí aprovechados estudios bajo la dirección de valiosos profesores imbuidos en los adelantos de la labor educacional. Allí se ha recogido la palabra sapiente de Antonio Rómulo Costa, su director; y es perdurable por su elevación, la huella que dejó Carlos Rangel Lamus, hombre de gran talento y de fanático empeño como educador”.
Es así como la San Cristóbal de hoy, se erige como una de las más completas en materia educativa, al menos 124 escuelas nacionales, 35 estadales y 8 municipales cubren la matrícula de 62.851 mil estudiantes de las diversas etapas, incluyendo institutos especializados para personas con discapacidades y formación para el trabajo; sin rastros de aquellos castigos, la Ley de protección al niño, niña y adolescente, y con un descenso notable en la exigencia, los alumnos de hoy presentan pruebas en cada materia para aprobar y avanzar de año, nada parecido a los sometimientos durante horas a sanciones penosas y de represión física y psicológica.

sábado, 26 de febrero de 2011

Leyendas de San Cristóbal: El Fantasma De La Ermita

Lo recuerdo perfectamente como si fuera ayer. Estábamos recién llegados a la ciudad y mis padres alquilaron una casa en las cercanías de la PIaza Páez, desde la ventana se veía diagonalmente la plaza y la iglesia. Mi madre, siguiendo las indicaciones de los vecinos cerraba todas las puertas y ventanas antes de las nueve de la noche. Este hecho me llamó mucho la atención y pregunté
-  ¿Por qué nos recogemos tan temprano?
-Porque todos los vecinos de La Ermita tienen miedo al fantasma repuso mi madre.
- ¿Qué fantasma?
- Uno que sale todas las noches en las cercanías de la iglesia, cruza la plaza y se dirige hacia el Pasaje Cumaná.
- ¿De verdad? - pregunté incrédulo.
-Eso dicen.
-¿Y cómo es?
- No lo sé, lo único que me han dicho es que nadie se atreve a salir después  de las nueve de la noche.

Esa noche y muchas más, me fui a la cama con el pensamiento puesto en el Fantasma. Estaba tan intrigado que deseaba verlo y convencerme de que no era un cuento para amedrentar a los trasnochadores.

Una noche de cuarto creciente en que la luna alumbraba tenuemente la plaza, decidí quedarme hasta tarde y comprobar si eran ciertos los comentarios. Cuando todos se acostaron me levanté muy despacio y me escondí detrás de la ventana. Abrí una rendija y a través de ella, atisbé. Todo estaba silencioso y por la calle no había un alma. En el reloj de la iglesia dieron las nueve... la media..., las diez…, las diez y media ... No ocurría nada ... Di un vistazo a la iglesia y a la Plaza Páez, todo estaba sumido en suave penumbra, pero, podían distinguirse algunos detalles. De pronto vi que algo se movía. Venía de la iglesia, cruzaba en diagonal y pasaba delante de mi casa. Contuve la respiración y los vellos se me erizaron. Sentí miedo, quise gritar y la voz no salía de mi garganta. Con los ojos muy abiertos vi que bajaba una figura alta y estilizada que vestía de negro, la cabeza estaba cubierta por un capuchón; caminaba como si fuera etéreo, se dirigía a la parte baja de la ciudad.
El fantasma se perdió en la noche y yo me fui a la cama. Tuve muchas pesadillas y grité... Cuando a la mañana siguiente le conté lo ocurrido a mi familia no me creyeron...
Años después, supe que el fantasma era un curita travieso que  todas las noches iba a visitar a su amiga.
Robles Lolita, LEYENDAS DEL TÁCHIRA. Pág. 15/16

Leyendas de San Cristóbal: La Capilla De Los Desamparados

En la Calle doce con el Pasaje Cumaná, en la ciudad de San Cristóbal, hay una capilla que recuerda una triste historia:
María era una mujer hermosa y joven pero de vida alegre. Sus días transcurrían entre parrandas y alcohol. Cuentan que una noche de tragos fue herida mortalmente. Su acompañante movido por los celos y el aguardiente la agredió. A pesar de la gravedad de sus heridas tuvo fuerzas para salir del bar y pedir auxilio. La sangre salía a borbotones y su traje estaba empapado. Gritó desesperada; al principio nadie se atrevía a socorrerla por lo impresionante de sus heridas. Cuando los vecinos la auxiliaron ya era demasiado tarde. María cayó desmayada debido a la gran pérdida de sangre. A los pocos minutos falleció. Poco tiempo después, los vecinos apesadumbrados por no haberla ayudado, construyeron una capilla para perpetuar su recuerdo en el lugar donde ella murió. La llamaron La Capilla de los Desamparados.
Dicen que en la capilla ocurren fenómenos muy extraños: entre las siete y diez de la noche se ve iluminada por una suave luz, a su alrededor parece que estuviera amaneciendo. Dentro de ella se escuchan susurros y voces tenues como si estuvieran rezando.
Robles Lolita, LEYENDAS DEL TÁCHIRA. Pág. 14

Leyendas de San Cristóbal: En El Cuartel Bolívar

El Cuartel Bolívar está situado entre las Calles 9 y 10. Es una recia construcción en forma de castillo en la que hace algunos años funcionó  el batallón Ricaurte No. 41, en la actualidad lo están remodelando. Es sede del Comando de la Segunda División del Ejército
Aquella noche todo estaba en silencio. El rondín acababa de visitar
las garitas y los puestos de guardia, luego pasó a comunicarle al oficial de guardia:
-Sin  novedad, mi capitán.
Corría una brisa fría y la niebla iba cubriendo la ciudad. El soldado de garita  vigilaba la zona norte, cuando lo sacudió un escalofrío pensó: "Esta noche va a hacer mucho frío, menos mal que falta poco para terminar la guardia". Las luces de la ciudad se reflejaban en las nubes. En un reloj lejano sonaron doce campanadas. Se dijo: "Son las doce. Creí que era más tarde, aún me falta una hora".
Al rato volvió el rondín visitando los puntos de guardia y el soldado lo vio desaparecer entre la niebla. Poco después, escuchó unos  pasos marciales.  Entre nubes divisó la figura de un capitán en traje de gala -¡Qué raro!" - pensó - de inmediato se cuadró y saludó al superior:
-Sin novedad, mi capitán.
- ¡Enhorabuena!, soldado Parra, porque siempre está alerta. Cuando termine su guardia preséntese a la ronda.
-A sus órdenes - respondió el soldado.
El capitán desapareció entre la niebla, mientras el soldado Parra se preguntaba: "¿Quién será ese capitán?, ¿Por qué sabe mi nombre y por qué viste de gala?".
La noche se hizo cada vez más oscura, la niebla se disipó y comenzó a llover torrencialmente. A la una en punto llegó el guardia de garita a relevarlo y, después el soldado Parra atravesó la azotea bajo el fuerte aguacero. Se dirigió a la parte baja del cuartel en busca del oficial de ronda. Cuando estuvo delante de él se cuadró:
-A sus órdenes mi capitán, aquí estoy.
-Ya veo que estás ahí, pero ¿qué quieres?
-¿Usted no me llamó?
-¿Yooo ... ?
-Sí señor, perdone, pero me dijeron que me presentara a usted al terminar mi guardia.
- ¿En dónde hiciste la guardia?
-En la garita Norte.
- ¿Y quién te dijo que vinieras?
- Un capitán alto, vestido de gala.
-¿Lo conoces?
-No señor, pero me pareció extraño.
-¿Porqué?
-Porque  apareció y desapareció entre la niebla.
Han pasado los años... Esta escena se ha repetido muchas veces,  en las  madrugadas aparece un capitán vestido de gala que imparte ordenes. Dicen que tuvo un accidente y su espíritu de servicio lo lleva siempre a su amado cuartel.
Robles Lolita, LEYENDAS DEL TÁCHIRA. Pág. 9/11

Incendio de San Cristóbal en 1651

Calvero y los sueños -  Temístocles Salazar

 Muchas ciudades en la historia han sido incendiadas, producto de luchas civiles en su seno. Roma es el ejemplo más conocido, cuando Nerón ordenó incendiarla para culpabilizar, castigar y acosar a los cristianos. San Cristóbal también fue incendiada, ocurrió en 1651, hace 360 años, en medio de la confrontación entre conquistadores encomenderos y la nación de indios Chinatos que hizo resistencia heroica a la violencia española durante casi cien años. Con relación a este incendio hay tres versiones: una, que fueron los indios, en sus constantes ataques contra encomenderos, los que la incendiaron; otra, que fueron los españoles que celebraban haber capturado a muchos Chinatos y en el jolgorio, por casualidad, se propagó el incendio que casi destruye a la ciudad; y una tercera versión sostiene que fueron los españoles, de forma intencional, que la incendiaron como estrategia para cercar y vencer a los Chinatos, luego que entraron a la Villa en incursión guerrera ese año. Me sumo a esta última interpretación, porque los españoles buscaron siempre una manera de escarmentar a esta nación indígena y el fuego era instrumento cruel y efectivo de lograrlo, buscaron quitarse de encima esta pesadilla de los Chinatos para que no volvieran más a la Villa. San Cristóbal era una ciudad pequeña, una villeta, con pocas casas, habida cuenta que cuatro años antes, en 1647, se produjo un terremoto que asoló la Villa. Quemar diez casas era mucho el daño en ese entonces, pero quemar veinte, como efecto ocurrió, constituyó una verdadera tragedia. Nos atenemos a la carta de obligación relativa a la dote de María Jaime de Pastrana, hija del encomendero Isidro Jaime, donde sirvieron de testigos el Escribano público Juan Doncel Yáñez, el capitán Baltasar Orozco Carrillo y María Jaime Bazán, el 16 de noviembre de 1682. Ese documento describe el incendio de esta manera: “el pasado año de mil seiscientos cincuenta y uno, en la dicha Villa (de San Cristóbal), y por haber sucedido un incendio muy grande el día que sacaron reducidos la nación de indios Chinatos por el Gobernador Antón de los Ríos Jimeno, en que se quemaron veinte casas más o menos, siendo la primera la del Capitán Rodrigo Sánchez de Parada, Alcalde Provincial (…) en cuya casa estaba el Registro y otros muchos papeles del Oficio Público de dicha Villa (…) sin que pudiese sacar cosa ninguna por el grande incendio y alboroto que causó y mayormente con la entrada de dichos indios”.

Aquella “nación de indios Chinatos”, primeros pobladores de estas tierras 'tachireras', han sido olvidados por una Historia oficial 'lugarista' que los desprecia y, en cambio, exalta la figura perversa de Juan Maldonado y los demás conquistadores españoles. No hay calle, barrio, plaza, ni un mínimo rincón siquiera, que lleve el nombre de los Chinatos, es una deuda histórica y moral del Concejo Municipal de San Cristóbal, que ojalá pueda pagarla en ocasión de los 450 años de la fundación de la Villa. El fuego de 1651 no pudo ni podrá borrar las huellas de los Chinatos heroicos.

Diario La Nación Edición Digital 26/02/2011

En los 450 años “San Cristóbal expresa su arte”

"San Cristóbal expresa su arte" es el nombre del evento cultural que organiza el Gobierno regional a través de la Dirección de Cultura y el Instituto Autónomo Municipal de la Feria Internacional de San Sebastián (Iamfiss) como parte de la programación aniversario de los 450 años de la ciudad.

Ilia Sierra, directora de cultura, en compañía del presidente del Iamfiss, Alfredo Oliggino, así como de representantes del organismo ferial y un grupo de artesanos, se reunieron en la sede de la Dirección de Cultura para adelantar las conversaciones sobre la actividad artística que se estará ofreciendo a la colectividad en general el próximo 15 de mayo en la plaza María del Carmen Ramírez, mejor conocida como "Los Mangos" de 9:00 de la mañana a 5:00 de la tarde.

Gran fiesta artística
Por su parte el presidente del Iamfiss indicó que la celebración de los 450 años de fundación de la ciudad debe servir como punto de encuentro entre las diversas corrientes artísticas que hacen vida en la ciudad y así poder palpar y demostrar lo que aquí se produce.

Recalcó además, que ya existen referencias bastante positivas en cuanto al desarrollo de eventos en la plaza Los Mangos del populoso sector de Barrio Obrero, por lo cual se ha dispuesto de este lugar para celebrar el "gran día del arte".

Talleres gratuitos
Finalmente, los artesanos asistentes a la reunión aceptaron la invitación y manifestaron que no sólo participaran para la comercialización de sus productos, sino que ese gran día ofrecerán completamente gratis talleres demostrativos a todos quienes visiten la importante exposición que a su juicio pasará a ser didáctica y pedagógica para el disfrute de toda la familia.

Plan Cuenta Cuentos “Ciudad 450” se desarrolla en escuelas municipales      
La Alcaldía del municipio San Cristóbal dio inicio al plan Cuenta Cuentos "Ciudad 450", como parte de las actividades que desarrolla la Oficina de Cultura y Arte del ayuntamiento con miras a la celebración del los 450 años de la ciudad.

El plan Cuenta Cuentos "Ciudad 450", consiste en realizar visitas a las escuelas municipales con grupos teatrales quienes a través de su arte, presentan a los niños de educación primaria números cortos, con mensajes basados en promover valores y rescatar los elementos patrimoniales y culturales de la ciudad.

En esta oportunidad, la joven agrupación teatral "Compañía Anónima", integrada por César Sandoval, Pedro Chacón y los hermanos Erick y Junior Peñaloza, presentaron un repertorio en el que los niños no pararon de reír un solo instante de todo el recital, el cual se llevó a efecto en la escuela municipal Luisa Cáceres de Arismendi.

La Compañía Anónima continuará presentándose en el resto de escuelas municipales en el marco de la celebración de los 450 años de la fundación de la ciudad y del desarrollo del plan Cuenta Cuentos "Ciudad 450".

Plan Cuenta Cuentos “Ciudad 450” se desarrolla en escuelas municipales

La Alcaldía del municipio San Cristóbal dio inicio al plan Cuenta Cuentos "Ciudad 450", como parte de las actividades que desarrolla la Oficina de Cultura y Arte del ayuntamiento con miras a la celebración del los 450 años de la ciudad.

El plan Cuenta Cuentos "Ciudad 450", consiste en realizar visitas a las escuelas municipales con grupos teatrales quienes a través de su arte, presentan a los niños de educación primaria números cortos, con mensajes basados en promover valores y rescatar los elementos patrimoniales y culturales de la ciudad.

En esta oportunidad, la joven agrupación teatral "Compañía Anónima", integrada por César Sandoval, Pedro Chacón y los hermanos Erick y Junior Peñaloza, presentaron un repertorio en el que los niños no pararon de reír un solo instante de todo el recital, el cual se llevó a efecto en la escuela municipal Luisa Cáceres de Arismendi.

La Compañía Anónima continuará presentándose en el resto de escuelas municipales en el marco de la celebración de los 450 años de la fundación de la ciudad y del desarrollo del plan Cuenta Cuentos "Ciudad 450".

miércoles, 23 de febrero de 2011

La cultura… ¿450 años más?

Escrito por José Ramón Castillo*     Diario Los Andes, 23 de febrero de 2011
La próxima semana es el mes de marzo, se sospecha que es un mes especial para nuestra ciudad pues se celebra la fundación, ya llega a los 450 años, algo que realmente discuto, porque las fechas de inicio de la historia de Latinoamérica se marcan con la llegada de los europeos, que lo único que dejaron fue un extraordinario genocidio y una estupenda ola de enfermedades que acabaron con lo que existía hasta la época. Pero bueno, eso es un cuento de nunca acabar y los historiadores se han encargado de disfrazar hechos que son una atrocidad, no importa, al final eso creo que no le interesa a nadie y las acciones se dejan ver por sí mismas.
Regresando al tema de la celebración, entremos al mundo estándar de todos los que aquí convivimos y veamos qué es eso del mes de jubileo que tanto se habla. Si estamos a los 450 años, deberíamos pensar un poco en lo que hemos hecho con la ciudad, ya es de conocimiento de todos el caos en el que vivimos, con calles deterioradas y los servicios totalmente devastados, no fue necesario traer ningún europeo para que lo hiciera, sino que se fue construyendo por la inercia de un abandono natural.
Veo la televisión -que muy pocas veces lo hago- y están colocando información de lo "bonita" que debería estar la ciudad. Bueno, yo creo en algo, las acciones dicen más que las palabras, y de ser así, deberíamos ver todo un poco mejor, pero seguimos en la inopia.
Hace poco estaba en una actividad cultural y alguien del gobierno regional dijo: "¡Ahora sí hay cultura en el Táchira!" perfecto, me imagino, pero demuéstrenlo con hechos que realmente lleguen al meollo del asunto. Estamos claros que tenemos una ciudad carente de actividades culturales, que esto no se soluciona sólo con el desarrollo de una obra musical en la que se invierten miles de bolívares para ser representada una noche, mientras las agrupaciones independientes están sedientas de espacios para mostrar su trabajo.
Tenemos muy pocas probabilidades de temporadas teatrales, de galas dancísticas o de simples manifestaciones del arte popular. Es una lástima que las personas encargadas de este sector, sólo se les vea el rostro de burócratas que se jactan con hablar de cifras, (como los ministros y sus intervenciones ilógicas en la Asamblea Nacional, de los cuales el más lamentable fue el de Sesto) o salir en los medios para demostrarnos a todos lo ignorantes que somos. Toda mi vida he luchado por la reivindicación de la cultura, he procurado incentivarla en diferentes sectores de la ciudad en un bajo perfil, pero con lo que no puedo es con estas actitudes tan mediocres de la celebración pomposa cuando se nos está cayendo la ciudad a pedazos.
Ojala y en los próximos días aparezca una cartelera cultural que promocione el arte de la ciudad, y que no sólo sea para la celebración de los 450 años de la villa de San Cristóbal, sino que sea permanente a lo largo del año. Estoy muy seguro que si apuntamos hacia el juego de las temporadas artístico-culturales estaremos buscando un nuevo horizonte con una población más aguda y crítica, pero como para todo pensamos en la fiesta indetenible, siempre estaremos bajo el yugo de lo temporal y efímero, mientras gran parte de la población adolece de estas actividades, una muy pequeña no le interesa.
Sería buenísimo, porque siempre he considerado que "el arte es un peligro para nuestra arraigada ignorancia"
(*) Director de teatro
josecas99@yahoo.es

Cuatrocientos cincuenta años

J.J. Villamizar Molina (*)
Son cuatro siglos y medio desde que Juan Maldonado clavó en la Plaza el estandarte de Castilla, fijó el lugar de la Iglesia, del Cabildo y de la Cárcel, y señaló sus límites. Recorrer esta travesía se nos hace arduo, alarmante, legendario y casi ilusorio. Primero somos una Villeta muy distante de la capital. ¿Quién puede acordarse de nosotros y tomarnos en cuenta? Sólo la Iglesia Católica con los padres Agustinos se adentra en este minúsculo mundo abrillantado por las luminarias de la Virgen de la Consolación. Tororos, Machiríes, Táribas, Capachos, Tononoes, Azuas, Quenemares, y otras tribus comienzan a tener contacto con esta civilización. Pero quedamos aislados del Camino Colonial entre nuestra capital Bogotá y Mérida. Vemos surgir un alcalde muy bueno. Es él Rodrigo de Parada, cuyo nombre llevará una quebrada. Visitadores reales llegan de cuando en cuando, como Antonio Beltrán de Guevara en 1602; Alonso Vásquez de Cisneros en 1620; Fernando de Saavedra en 1627; Diego Carrasquilla Maldonado en 1642; Juan Ibáñez de Iturmendi en 1565; Juan Modesto de Meller en 1565; Diego de Baños y Sotomayor en 1567, y Tomás Onofre de Baños y Sotomayor en 1591. Así hemos pasado el siglo XVI cuyas mayores desgracias han sido las invasiones, destrozos, robos, muertes e incendios ocasionados por los indios Chinitos desde que San Cristóbal ha cumplido 62 años. Entonces comenzamos la devoción a San Sebastián. Nuestra Villa ha estado muchas veces en peligro de despoblarse y desaparecer por su pobreza, gran miseria y por el asalto de los indios. Ahora entramos al 1700 y somos 700 habitantes. Sí, entramos al siglo XVIII. Conocemos la primera pulpería y la primera casa de teja. La iglesia deja de ser de paja, ahora es de ladrillo y hasta luce torre y campana. Estamos viviendo la Invasión de los Comuneros en 1871. Ya no dependemos eclesiásticamente de Bogotá sino de Mérida, y desde 1877 pertenecemos a la Capitanía General de Venezuela. Continuamos aislados. Porque es más fácil llegarnos a Bogotá que a Caracas. Entramos a 1800. Son 1.800 habitantes, una sola plaza, dos iglesias y un convento.
Se inicia la guerra de la Independencia. Somos anfitriones del Huésped Ilustre de la Libertad, Simón Bolívar. Permanecemos algo como una década dentro de la Gran Colombia. Oímos de la Cosiata y vivimos el gobierno conservador de Páez y otros. En 1854 vemos un gran movimiento de armas contra el Gobierno de José Gregorio Monagas. El bravo Agustín Arias toma nuestra Plaza, que había sido ocupada por los revolucionarios. Oímos de la Guerra Federal, que sólo nos recuerda los hechos heroicos de Sacramento Velasco. Pero desaparece la gran oligarquía conservadora representada por Domingo Martínez y Juan de Dios Picón. Asistimos a la promulgación de la primera Constitución del Táchira.
Comenzamos el surgimiento económico y cultural de la Villa. Florecen institutos educativos de primaria y secundaria. Sentimos la obra de nuestros líderes de la comunidad como Agustín Arias, Jesús Contreras, Arístides Garbiras, Pascual Casanova, Domingo y Juan Semidey, Manuel María Lizardo, José Concepción Acevedo, José Gregorio Villafañe y los demás llaneros que llegan, los alemanes que también van arribando, el Dr. Rafael Julián Castillo, Tomás Castilla y otros.
No importa el terremoto de 1875. Presenciamos el milagro del café y el milagro de “La Petrólea”. San Cristóbal se nos transforma. Las tendencias políticas se acentúan, nos encontramos con Espíritu Santo Morales, Francisco Alvarado, Cipriano Castro, Segundo Prato, Rosendo Medina, Hermenegildo Zavarce, Juan Pablo Peñaloza, Carlos Rangel Garbiras y Juan Vicente Gómez.
Entramos al siglo XX de grandes contiendas políticas, pero si el siglo anterior fue de las revueltas y caudillismos, éste es el siglo de las democracias. El proceso cultural se afianza. Siglo de gran alterabilidad política, de grandes obispos e intelectuales, de la Gran Catedral, de nuevas plazas, de la fundación del Ateneo, de bancos y universidades, de intelectuales y artistas.
Y llegamos al XXI. Siglo de globalización, de la técnica y de las luces. Las casas e institutos universitarios se multiplican. La prensa adquiere gran fuerza y esplendor. 
La técnica digital e Internet aumentan considerablemente. Oímos las comunicaciones mundiales casi instantáneamente. Estamos en el siglo de los prodigios. Pero en el siglo de grandes controversias, angustias e incertidumbres. Se hace necesario recoger, estudiar y aplicar las lecciones aprendidas en estos largos cuatrocientos cincuenta años. La historia es madre y maestra. Oír La historia nos puede salvar en estas décadas de crisis. No vivimos en la San Cristóbal bucólica de antaño.
Vivimos como en una tormenta o en una vorágine. Como desterrados ante Nabucodonosor. Pero hay gran confianza en nuestro Dios que afianzará nuestra hermandad y nos devolverá a la patria.
Diario La Nación Edición Digital 23-02-2011

Arquitectura Religiosa En El Táchira

Por: Elkin J. Calle/  REVISTA CORDIALIDAD AÑO 12, Nº11 ENERO DE 2004
LAS PRIMERAS RELIGIONES FUERON POLITEÍSTAS. CUANDO EL HOMBRE BUSCÓ LA FÉ EN UN DIOS ÚNICO APARECIERON TRES CORRIENTES RELIGIOSAS PRINCIPALES: EL JUDAÍSMO, EL CRISTIANISMO Y EL ISLAMISMO, TODAS MONOTEÍSTAS, LAS CUALES PROPICIARON, EN CIERTO MODO, UN MAYOR ACERCAMIENTO ENTRE EL HOMBRE Y SU RESPECTIVO DIOS. PARA ESTE DIÁLOGO CON LA DIVINIDAD SE ERIGIERON TEMPLOS QUE VARIARON DE UNA RELIGIÓN A OTRA. LA IGLESIA CRISTIANA, POR EJEMPLO, ADOPTÓ DESDE SU INICIO UNA ESTRUCTURA INSPIRADA EN EL CLÁSICO PALACIO IMPERIAL ROMANO, PERO ESTA ESTRUCTURA HA VARIADO Y SE HA IDO ENRIQUECIENDO A TRAVÉS DE LOS AÑOS.
EN ESTA SEGUNDA PARTE DE LA ARQUITECTURA RELIGIOSA EN EL TÁCHIRA, COMENTAREMOS BREVEMENTE LA HISTORIA ASÍ COMO CIERTOS ASPECTOS ESTRUCTURALES Y DE DISEÑO QUE CARACTERIZAN A LA IGLESIA SAN JUAN BAUTISTA [LA ERMITA] Y AL TEMPLO DEDICADO A SANTA BÁRBARA [UBICADO EN LA POBLACIÓN DE RUBIO] AMBOS IMPORTANTES EJEMPLOS DE LA ARQUITECTURA RELIGIOSA EN NUESTRO ESTADO.
IGLESIA SAN JUAN BAUTISTA (la Ermita)
A mediados del siglo pasado se creó la división civil y eclesiástica de la parroquia San Juan Bautista. Unos años más tarde es bendecida la primera piedra del templo original, el cual fue destruido por el terremoto que sacudió la ciudad en mayo de 1875.
Entre 1878 y 1927 se reconstruyó el templo en su primera etapa y se edificó la casa parroquial que aún hoy se conserva. La construcción de esta primera etapa estuvo a cargo de Juan de Los Santos Rangel, terminando éste las diferentes naves y techumbres más la parte inferior de la fachada y la torre y cúpula posterior, sobre el presbiterio.
Juan de los Santos Rangel encomienda a su hijo, Jesús Manrique, la continuación de la obra y en manos de este queda concluida la fachada y la cúpula sobre la entrada, esta última en estilo neoclásico e inspirado en la cúpula principal de la Iglesia de Los Inválidos, en París, donde descansan los restos de Napoleón Bonaparte.
La iglesia San Juan Bautista se encuentra levantada sobre la planta típica judeo/cristiana, es decir, como una evolución inmediata de la tradicional basílica romana hacia la iglesia cristiana actual. La entrada principal aparece flanqueada por los accesos laterales que conducen a las naves central y laterales, respectivamente, las cuales cuentan en sus lados con especies de claustros coronados por enormes cúpulas a modo de nichos monumentales que sirven para dar albergue a algunos de los misterios de la cristiandad. En sí, toda la composición interna prosee una estructura heterogénea fundamentada en la tradicional atmósfera del espacio sacro/gótico, con influencias neoclásicas.
Los techos y artesonados están compuestos por una serie de bóvedas de crucerías en forma ojival, igualmente relacionados con el estilo de la arquitectura gótica. Las perforaciones externas y las que aparecen en los tambores que sostienen las cúpulas muestran ventanas y rosetas recubiertas de vitrales alegóricos a los personajes cristianos: todas bajo el esquema gótico del arco de ojiva central.

Dos cúpulas monumentales, a modo de hemisferios perfectos sostenidos por uno o dos anillos basales, recubren la entrada principal y el altar mayor. Dentro de estas, para dar acceso a la luz, aparecen pequeñas ventanillas o linternas, comunes en la arquitectura de estilo neoclásico.
Toda la estructura de esta iglesia revela un marcado eclecticismo en todas sus soluciones. Hay un gusto especial por el revival o el uso de los estilos renovados que se traduce en una marcada expresividad rica en formas y en matices, aun cuando no definido estilísticamente hacia una sola vertiente arquitectónica.
Las torres externas, correspondientes a las cúpulas de entrada y a la que cubre el altar mayor a nivel del presbiterio, están realizadas también en estilo neoclásico, como la fachada, la cual presenta, al igual que las torres y demás elementos externos, una clara solución en este estilo. Se trata de un frontispicio de líneas vivas las cuales confeccionan, en conjunto, una mole elegante y sobria, como todo el templo.

Profanado Templo De La Ermita

Por: Erasmo Rosales Avendaño
EI jueves 4 de septiembre de 1958 a las 10 de la mañana, un hombre que no se supo si padecía de enajenación mental o si fue guiado por otra causa, profanó los altares de la iglesia San Juan Bautista destruyendo las imágenes de San Sebastián, el Crucifijo y Santa Lucía, lanzando al suelo el Sagrario y acabando con el Solio Episcopal, candelabros, sillas, mesas, etc. El bochornoso suceso que repercutió en los círculos sociales de San Cristóbal como un signo gravísimo de descomposición social, culminó con la agresión a puñaladas que emprendió contra el Presbítero Juan de Matta Ortiz Ulloa, Cura Párroco de San Juan Bautista.
Que abran las ventanas
El Padre Ortíz se encontraba en el despacho atendiendo los asuntos de la Parroquia, cuando uno de sus empleados entró y le dijo:  Padre, en la Iglesia hay un hombre gritando que le abran todas las ventanas" y en vista de ello, el sacerdote se dirigió al templo para ver lo que pasaba y al llegar se encontró con que el hombre había destruido en pocos minutos todo lo que había en los altares. Alarmado el sacerdote gritó al intruso que por qué hacía eso y éste al verlo le dijo: "Usted se muere ahora mismo". De inmediato se abalanzó contra el Padre Ortíz, esgrimiendo en su mano un puñal. El Sacerdote retrocedió rápidamente y se situó en las puertas de la Sacristía y el hombre que en ese momento se hallaba cerca del púlpito haciendo destrozos, saltó la baranda del comulgatorio y emprendió la persecución del sacerdote.
Lucha cuerpo a cuerpo
El Padre Ortíz trató de ganar la salida por la puerta que comunica la Iglesia con la Carrera 5 (hoy Avenida García de Hevía), donde fue alcanzado por su agresor, y en la escalera que da desde la sacristía a la calle se desarrolló  una lucha cuerpo a cuerpo en la cual el sacerdote por poco resulta muerto a puñaladas. El agresor le dio al Padre Ortíz un fuerte puñetazo que lo derribó al suelo y luego se le lanzó encima y comenzó a tirarle puñalada tras puñalada, logrando solo romperle la sotana en la manga y en la cintura. El sacerdote, sin perder tiempo, pudo levantarse y esquivar las puñaladas hasta donde las fuerzas lo acompañaron y, cuando estaba a punto de no poder defenderse, una persona que pasaba por la puerta y presenció la escena, comenzó a gritar: “¡Están matando al padre!". A los gritos llegaron inmediatamente al lugar de los hechos varias personas, quienes hicieron uso de su fuerza y de sus puños para liberar al Padre Ortíz del agresor que cada vez hacía esfuerzos mayores para apuñalarlo, presa de una terrible furia.
¿Quién es el personaje?
El personaje que apuñaló al Padre Ortíz y a su vez profanó el Templo, respondía al nombre de José Sandoval. Era un hombre alto y corpulento, cercano a los 40 años, quien tenía un pequeño negocio de víveres frente al Parque Garbiras. No se le conocieron antecedentes de pendenciero. Sandoval había sufrido en la mañana un ataque de locura que lo llevó a cometer el hecho. Padecía un estado mental especial creado por la lectura de libros de espiritismo, Rosacruces, hipnotismo, acuarismo y otras de la misma especie. Prueba de ello las disparatadas declaraciones que dio a la prensa y las cuales constituyeron una nota humorística dentro del cuadro que invita al recogimiento.
El Padre Ortiz, jefe de una banda de brujos
Cuando Sandoval fue preguntado acerca de las causas que lo impulsaron a cometer tan grave falta respondió, con una sonrisa sarcástica “lo que pasa es que esta mañana fui dispuesto a liquidar mis cosas con el Cura Ortíz porque era necesario resolver esta situación. O él o yo. El Cura Ortíz es el jefe de una banda de brujos que hay en La Ermita y que tiene medio loco a todo el mundo. Ahora los brujos, y especialmente el Cura Ortíz que los comanda, se han puesto contra mí. No me dejan comer ni dormir y me atormentan a cada momento. El negocio casi me lo quiebran, pues no me dejan entrar a los clientes".
Hombre correcto
Algunos vecinos de Sandoval en la Carrera 9 se expresaron a su favor. Una señora dijo: “Como puede ser esto. Si el señor Sandoval es un hombre muy correcto. No tengo ninguna queja de él. Al contrario, lo considero un vecino excelente". Así mismo sus demás vecinos.
Lo salvó el Corazón de Jesús
 En su furia, cuando Sandoval destruyó todo lo que había en los altares y lanzado al suelo la imagen de San Juan Bautista, el sagrario y la imagen de Santa Lucía, se dirigió al nicho donde estaba el Corazón de Jesús y lo rompió violentamente. Le asestó a la imagen una puñalada por un brazo arrancándole buena parte. El puñal perdió la punta y de esta manera no pudo herir al sacerdote.
El mismo Sandoval dijo: “Lo salvó el Corazón de Jesús. Ese Cura Ortiz es guapo. Se defendió como un verdadero macho. Le di hasta que pude, pero él también me dio sabroso". El sacerdote Juan de Matta Ortiz Ulloa, era un cura muy apreciado por la feligresía.

Edición Especial San Cristóbal 441 Años Lejos Del Ruido

Publicado el 31 de marzo de 2002 en el Diario La Nación. / publicado para la  revista cordialidad año 12, nº11 enero 2004
Uniéndose al movimiento del 19 de Abril de 1810, San Cristóbal, firmó su acta de independencia el 28 de Octubre del mismo año, logrando consolidarse para “tomar las riendas" de su propio desarrollo hacia la ciudad que deseaba ser.
Con el pasar de los años, San Cristóbal se ha ido convirtiendo en una ciudad de importantes acontecimientos, dándole cabida a un sinnúmero de situaciones que nos permiten vislumbrar su rol protagónico en la historia, tal es el caso de su momentáneo nombramiento como capital de La Gran Colombia, hecho público por el Libertador el 19 de Abril de 1820.
Aunque este rol no lo asumiría por mucho tiempo, la historia no se detuvo, en 1830 con la disolución de la Gran Colombia, se disolvieron los parlamentos y se establecieron 12 provincias, una de las cuales era Mérida, cuestión que cambiaba la situación política que regía San Cristóbal.
La vida republicana desenvolvía a la Villa en un progresivo paso, lento pero firme, hacía el desarrollo del Táchira y sus ciudades, entre ellas San Cristóbal. De esta manera, el Soberano Congreso de la República "decretó, el 11 de marzo de 1856, la creación de la Provincia del Táchira, formada con los cantones de San Cristóbal, San Antonio, Lobatera y La Grita. En este Decreto se dispuso que la capital de la provincia fuera San Cristóbal y allí se estableció la sede de todos los órganos del Gobierno Provincial, contando con una población general de 42.731 habitantes.
El Decreto fue sancionado por el ejecutivo Nacional el día 14, durante el Gobierno del General José Tadeo Monagas, quien nombró el 9 de mayo al ciudadano Pascual Casanova para el cargo de gobernador del Estado.
La juramentación fue el 1 de julio de 1856, seleccionando luego a los representantes ante el Congreso de la República, según establecía la circunscripción, de los cuales fueron elegidos por la Provincia, Pascual Casanova, Carlos Rangel y los diputados José María Gutiérrez y José Gregario Villafañe.
Sobre el papel de la iglesia en la formación de los pueblos tachirenses no se cuenta con registros fieles, pero existen algunos en los que se refiere que en el año 1776 fue erigido el obispo de la Provincia de Mérida, del cual dependía por Rescripto Apostólico la Villa de San Cristóbal, según explica el historiador Tulio Chiossone.
Continúa relatando Chiossone: “... de acuerdo con el principio fundamental del descubrimiento y la conquista, la vida religiosa de la Villa de San Cristóbal fue característica esencial que presidió la formación moral de sus habitantes a falta de escuelas y de sonados centros culturales".
Es imposible pasar por alto que San Cristóbal se mantiene fiel a sus raíces pacíficas tanto aborígenes como españolas, pues no participó de forma activa en la Guerra Federal. Muy por el contrario, en aquellos años de cruentas luchas, San Cristóbal y todo el Estado Táchira se vio desbordado en un verdadero ímpetu de desarrollo cultural.
Alegría desbordante
Visitar la ciudad de la cordialidad, conocer sus iglesias y degustar los más típicos dulces, son sólo algunos de los atractivos que ofrece la ciudad a los turistas que la visitan. Y cita irrenunciable, las ferias de Enero en honor al patrono, San Sebastián. La Feria Internacional de San Sebastián, ostenta ser de las más importantes de América, atrae turistas de cualquier parte del mundo y se convierte en vitrina cultural y económica para quienes disfrutan cada mes de Enero esta gran festividad. Quema de pólvora y desfile de bandas, dirigidas a coterráneos y visitantes, así como la más variada gama de espectáculos y actividades folklóricas, culturales, agropecuarias, industriales, recreacionales y deportivas; sin olvidar las tradicionales corridas de toros realizadas en la monumental Plaza de Toros.
Las ferias han impulsado significativamente la imagen nacional e internacional de San Cristóbal, convirtiéndose en punto de referencia desde que la ciudad contó con este monumento taurino y la constitución formal del complejo ferial.
La festividad taurina de la Villa se ha convertido en sentido cultural desde que se celebraron por primera vez en la primogénita Plaza Mayor que hoy posee el nombre del fundador de la ciudad, para Juego trasladarse a la plaza “El Pantano". Hoy Plaza Bolívar y de allí a la Plaza de “La Ermita", llamada hoy Plaza Páez.
Las fiestas patronales han formado parte importante de la historia de la ciudad desde sus inicios concretos en el año 1967, cuando la ciudad inauguró su Monumental Plaza de Pueblo Nuevo, gracias al esfuerzo de un grupo de tachirense. La Feria Internacional de San Sebastián marcó de esta manera sin duda el camino de las demás ferias de Venezuela.
San Cristóbal no se co0nforma con el título  de “la ciudad cordial”, sus raíces demuestran  que la talla es mayor.

Toma De San Cristóbal Por Castro León

Por: Erasmo Rosales
(Revista cordialidad Año 10 Nº10 Enero de 2002)
En la madrugada del domingo 17 de abril de 1960, efectivos de la Digepol (hoy DISIP), detuvieron en San Cristóbal al Secretario Privado del General Jesús María Castro León, Ex-Ministro de la Defensa de la Junta de Gobierno y quien se encontraba en el exilio, a quien se le encontraron documentos y armas que guardaban en relación con una supuesta invasión a Venezuela desde Colombia.
Junto con el Secretario Privado Miguel José Hernández Carabaño fueron detenidos dos guardaespaldas de éste, de nombre José del Carmen Salazar y José Francisco Rivero, quienes fueron trasladados el mismo domingo a Caracas. La detención se efectuó en el Hotel Bella Vista. Carlos Andrés Pérez, quien era para entonces el Secretario General del partido Acción Democrática en el Táchira, obtuvo la proclama que dirigiera al país Castro León en caso de triunfar su aventura golpista. CAP utilizó los micrófonos de "Ecos del Torbes" en horas de la noche y anunció al pueblo la develación de los propósitos del general Jesús María Castro León.

Digepol informa
El Dr. Rafael Mora Rincón, Jefe de la Zona 3 de la Dirección General de Policía (Digepol), informó sobre los detenidos quienes hacían contactos con grupos conspiradores de la reacción criolla y en cuyo poder se encontraron armas y documentos que revelaban la gestión de un golpe de estado en estrecha colaboración con un grupo de civiles y militares en situación de retiro, detenidos unos y otros seguidos de cerca por las autoridades.
Fracasó invasión
La invasión al Estado Táchira y toma de la ciudad de San Cristóbal por un grupo de militares encabezado por el General Castro León, ocurrida el 20 de abril de 1960, culminó con el más rotundo fracaso al verse obligados los invasores a huir precipitadamente en horas de la madrugada (2:20) del día 21 de abril de ese mismo año ante la presencia de una unidad de la Fuerza Aérea leal al gobierno constitucional que presidía Don Rómulo Betancourt Bello.
Los sucesos
La presencia de Castro León en la frontera se conocía desde el 15 de abril de 1960 cuando comenzaron a circular rumores de que algo anormal se gestaba en la vecina ciudad de Cúcuta (Norte de Santander, Colombia) ante la presencia de notorios personajes del perezjimenismo. Más tarde se anunció en la capital nortesantanderana al ex-General Castro León y se decía que éste se encontraba al frente de una posible invasión. El Gobierno del Táchira, Los Partidos Políticos y las Fuerzas Armadas Policiales comenzaron a tomar medidas tendientes a repeler cualquier agresión.
San Cristóbal en manos de invasores
En la madrugada del 20 de abril de 1960 cuando la ciudad dormía tranquilamente y una brisa mañanera cubría la ciudad, fue tomada por Castro León quien contando con la complicidad del Comandante del Agrupamiento Militar No. 1, Coronel Francisco Lizarazo, se posesionó y adueño del cuartel Bolívar y dispersó las tropas por todas las calles de San Cristóbal, ocupando prácticamente la capital tachirense.
Trasladado gobierno estadal
Avisados sobre los sucesos el Dr. Ceferino Medina Castillo, Gobernador del Estado, abandonó rápidamente su residencia y se fue a la calle con el objeto de hacer contacto con órganos policiales. Muy poco pudo lograr el Magistrado regional pues los cuerpos policiales habían sido tomados por la gente de Castro León. En vista de ello, Medina Castillo se trasladó a Táriba y en casa amiga estableció el Gobierno funcionando en forma de "cadena" y por teléfono.

Mientras tanto la ciudad continuaba ocupada por Castro León y las Emisoras locales habían sido tomadas en las primeras horas de la madrugada en forma sorpresiva por los invasores difundiendo las consignas y proclamas de Castro León donde se aseguraba que contaba con el respaldo de Guarniciones, así como la Aviación y otras armas.
Huye Castro León
En horas de la madrugada del 21 de abril, ante el rotundo fracaso en espera de apoyo la indiferencia del pueblo del Táchira que se encerró en sus casas cerrando las puertas convencido de que su aventura había concluido mal para él y los suyos. Tomó el camino que lo trajo a San Cristóbal, traspasó la frontera y se alejó, dejando embarcados en su descabellada hazaña a numerosos militares y civiles que se sumaron a su movimiento.

Desaparecen joyas
El gobernador Medina Castillo informó que de su residencia oficial había desaparecido numerosos objetos de valor mientras estuvo ocupada por la gente de Castro León, no habiéndose recuperado los mismos pese a las gestiones hechas.

Tres muertos
En su ánimo por conservar la era de la constitucionalidad que vivía el país, el pueblo de San Cristóbal perdió en su lucha contra las tropas invasoras las vidas de Víctor Manuel Gómez de 19 años de edad, dirigente juvenil de Acción Democrática quien se encontraba en compañía de Antonio Chacó n quien salvó su vida. Juan Tabares, cuando se enfrentó a las Fuerzas Militares y Cornelio Molina Sánchez trabajador de la Empresa Cadafe. Recibió un tiro de fusil.

El San Cristóbal de ayer y de hoy… Añoranzas

Escrito por Rafael S. Valdivia O.  Diario Los Andes 10 de marzo de 2010
Allá.... Por los años cuarenta, cuando San Cristóbal era un pueblo grande con visión de ciudad moderna; tenía un sistema de alumbrado, muy débil, pero seguro, había dos fuentes de fluido eléctrico, estos eran "La Lobacucho" y "La Angarita".  San Cristóbal era una población soñolienta  y tranquila, encajada como siempre entre los picachos de la gran Cordillera Andina, ya desmejorada en sus alturas, los crímenes eran raros, solo los fines de semana, cuando el "Miche" trastornaba los sentidos ocurrían estos accidentes y el Hospital Vargas recibía su cuota de muertos y heridos. Muchas de sus calles eran empedradas y muy pocas tenían "Macadam" como se le llamaba para entonces, las demás eran de tierra; existían los personajes populares, lleno de tradición y de folklor, entre otros se destacaban "Juancito", "Muela e Gallo", "Media Vuelta", "Mamulla", "Pedro Chapuza". Entre las damas figuraban "María Bonita", "La Pava Cecilia", "La Pavo Real"; en el deporte de la bicicleta la primera mujer que se atrevió a practicarlo fue la JUDITH, muchacha muy criticada, por practicar un deporte de hombre, y andar constantemente entre ellos. Mujeres muy conocidas en las arenas públicas, pero, aun así, gozaban de cierto aprecio y hasta de cariño; jamás se les observo decir malas palabras o composturas indecentes. Nunca presentaban el aspecto atrasado y grotesco de ALGUNAS DAMAS del San Cristóbal de hoy, que con imperio dominante y con "patente de corso" ofenden desde las estaciones de televisión y altos cargos públicos, la dignidad de nuestras bellas y honorables damas sancristobalenses, cuyo ego, acrisolado dentro de la majestad de nuestras montañas, nunca había sido ofendido por ejemplares de su mismo género; ellas no representan a nuestro conglomerado femenino, son apéndices del poder despótico, al cual adulan. San Cristóbal tenia, la llamada "Línea" o sistemas de autobuses que salían de la Plaza Bolívar, hasta el "Bar la India", donde finalizaba la ciudad. Había dos emisoras de radio, La Voz del Táchira  y Ecos del Torbes. A la entrada de "La Potrera", existía un artesano del calzado, llamado Ramón Contreras que fabricaba zapatos a la medida y cocidos a mano, con un costo de 25 Bs. Los paseos del domingo eran hacia el Corozo, buscando las aguas Termales y los que le rendían culto a Baco, antes o después del baño se acercaban al "Sansuci" a tomarse su cañita. Existían 3 salas de cine, "El San Carlos", en el Barrio Obrero, el "Cinelandia" en la calle 16 y el "Garbiras" en el centro.  Una carrera en taxi de la línea "Pakar", estacionada frente a la librería Las Novedades en la Plaza Bolívar, costaba 2 Bs, una tostada en el "London Bar" 1 bs, y los llamados "pelaos" o niños pedían una puyita.
Ya algo lejano en el tiempo experimentamos dos sensaciones opuestas, y en cierto modo la sentimos como nuestras, porque nos transmite su aliento que nos tocó muy de cerca y la otra, que no palpitamos al mismo compás, esto se debe a la brecha generacional; aquellos días pertenecen al siglo pasado, pero el anhelo que se desprende del conflicto social, pertenece a esta época. En cambio los personajes están identificados con su medio y tienen tanta frescura que se reconocen como sancristobalenses de todo los tiempos. El sentimiento y el espiritualismo son románticos; en cambio sigue vigente el conflicto social. La complicada fusión de los estratos sociales no se cumple todavía, separados por el poderío político-económico y el problema de una cultura nacional, síntesis de las diferentes pasiones políticas. Pero este pueblo tiene el flujo vital que lo ilumina y siembra la esperanza y la fe en su propio esfuerzo, su propósito es mostrar el poder de la voluntad, enriqueciendo con providencias sus convicciones y sus anhelos.
Necesitamos la unión de los estratos sociales y no la separación del individuo para llegar a una nivelación fecunda, que haga progresar a nuestro Táchira, como el canto de un nacimiento, para un futuro sin conflictos. Aquellos bellos días de las  retretas  en  la   Plaza  Bolívar,  de  las  serenatas con cantantes de la "Tropical Boys", de los baños en las quebradas de la "Chucurí y la Bermeja", de las  puertas con trancas de madera o con una piedra.... Se fueron para siempre, como sucede con la   juventud y con la esperanza cuando no se tiene fe.
valdiviarafael@hotmail.com (*) Historiador y Sociólogo