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jueves, 17 de febrero de 2011

Plaza Bolívar

Es la principal de la ciudad y antes se llamó Plaza Páez, cuando la Miranda llevaba el nombre de Bolívar. Antes de embellecerla como está ahora, las aceras y avenidas eran de grandes ladrillos rojos y en vez de la estatua ecuestre del Héroe, había un busto que ahora se encuentra en el Puente Internacional. Cuando se estaba colocando el pedestal para la estatua ecuestre, se emitieron diversidad de opiniones acerca de la posición de la estatua que unos querían que mirara al norte, otros al sur, etc.
En el almacen que Alejandro Rojas F. tenía al oeste de la plaza y en la sastrería de Antonio Leal, que estaba al este, se efectuaban las discusiones, pero al fin la estatua quedó en la forma que dispuso el Presidente del Estado, lo que dio a un pintor de apellido Camargo para componer el siguiente vesito:
Por  fin Bolívar en su pedestal
 y para evitar congojas
le puso la cara a Leal
y. .. la espalda se la dio a Rojas.
Al norte de la plaza está el austero edificio del Salón de Lectura, institución de renombre nacional e internacional; al sur, el Mercado Cubierto, cuyas rentas, en su mayor parte y en virtud de contrato firmado por ochenta años, se destinan al sostenimiento del Hospital Vargas; al este, la Botica del Aguila, fundada por aquel altruista y humanitario caballero que se llamó don Adstides Araujo, nuestro admirado y querido amigo. Al oeste de la plaza aparece la vieja Casa Steinvorth y el floreciente negocio de Rafael Ibarra. En una esquina esta el bar El Torbes, en donde antiguamente se encontraba el negocio de Pablito Nino. El Torbes es propiedad de don Ignacio Delgado y en sus salones se reúnen grupos de personas valiosas de San Cristóbal, que aprecian a Delgado y conocen su don de gentes y la amable atención que dispensa a sus clientes. En las otras esquinas están los negocios de don Pablito Suárez, en el sitio que ocupaba antiguamente el negocio de don Juan C. Suarez y, luego, don Marco Saladini, así como también existe el bar Sol y Sombra, en la esquina noreste de la plaza.
Cuando la plaza era de ladrillos rojos, tenía escaños de madera y hierro. Allí se sentaban todas las noches a charlar con Ismael Ramírez, el doctor Ernesto Pernía, don Francisco Flores, don Antonio Díaz Mansilla, Don Pancho Angarita y don Arístides Araujo. Cada uno llegaba par distintas esquinas alrededor de las ocho de la noche. Don Pancho bajaba par la calle del Comercio y cuando pasaba  por el frente del portón del Mercado se hacía la señal de la cruz, cosa que siempre nos llamó la atención, pero, francamente, nunca se nos ocurrió inquirir la causa de tal costumbre, lo que achacamos a alguna devoción antigua, aunque las malas lenguas tenían otra versión del caso. Estos caballeros que se reunían en la plaza todas las noches, hablaban de cosas de actualidad, del comercio, de la guerra europea del 14, del tiempo, etc., pero ni jota de política, pues esto era considerado como un grave delito.
Es para los sancristobalenses un orgullo mantener la Plaza Bolívar limpia, bonita y atrayente, y por eso hemos lamentado mucho en estos días el saber que los jardines están deteriorados a causa de Ios mítines que todos los partidos políticos celebran constantemente allí.  Sería muy bueno que se dispusiera la celebración de esas reuniones en otro sitio, a fin de conservar los jardines y tenerlos bien presentados, no solamente para determinada época, sino para todos los tiempos.

2 comentarios:

  1. Buenas tardes quisiera saber si el busto que ahora se encuentran en el Puente Internacional era el de Paez o el de Bolívar? Muchas gracias

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